
Volver a casa es volver a uno mismo, es un reencuentro entre la persona que vino de viaje y la persona que (nunca) se fue. Reconocer los espacios, recordar el café de las mañanas; nuestro sillón favorito, aquel donde nos gustaba leer por las tardes. De esa almohada blanda que tenemos en cama y las personas cálidas que siempre nos reciben. Es un viaje a las raíces de nuestro ser.
Bienvenido de Vuelta.